En los barrios más pobres, el temporal sigue presente
Cipolletti.- Pasó un año, pero los padecimientos de miles de familias son los mismos. Reclaman ayuda estatal.
El temporal que azotó a Cipolletti, Neuquén y zonas aledañas hace un año todavía no pasa para muchos vecinos de los barrios más castigados. El agua ya salió de sus casas, pero queda la humedad enquistada en pisos y paredes, y la mayoría no pudo recuperar nada de lo que perdió esa triste madrugada.
Al calor de un comedor popular de adobe en el Barrio Obrero, Gabriela Villarroel y Daniel González compartieron con LM Cipolletti lo que dejó el temporal y lo que aún no se termina de escurrir en sus casas.
Gabriela tiene 25 años y es mamá de tres chicos. Junto a su esposo, viven en una humilde vivienda del Obrero A y nunca recibieron un subsidio de parte del gobierno provincial ni del municipal. La única ayuda que llegó a su hogar provino de gente solidaria que acercó su colaboración hasta escuelas y parroquias. “Lo que era ropa y calzado”, señaló la joven. Y si hoy tiene una heladera, una mesa, sillas y un modular, es gracias a la colaboración de sus familiares.
“Yo perdí todo, hasta la tele se me quemó”, sostuvo la joven barilochense que desde los 8 años vive en esta ciudad. “Decían que sí, que nos iban a dar un subsidio, pero pasó el tiempo y no nos dieron nada”, apuntó.
Mientras tanto, la humedad no afloja en su casa y el más pequeño de sus hijos, de un año y medio, vive con broncoespasmos.
La madrugada del 7 de abril de 2014, se encontraba en la cama con su marido cuando el temporal entró a su casa de lleno.
No dormían porque goteaba por todos lados y el agua les llegaba a las rodillas. Trataron de sacarla a baldazos pero no tenían brazos suficientes para tanto caudal. Y en medio de la lluvia torrencial, decidieron permanecer en la casa por temor a perder lo poco que pudieron salvar en manos de la delincuencia.
Lo mismo le ocurrió a Daniel, del Obrero B, quien recordó que no salieron de sus casas “porque en el barrio había chorros a mansalva”. A pesar de los 60 centímetros de agua que había en el interior de su vivienda, él prefirió quedarse.
Daniel conoció en Olavarría la fuerza del agua en los ‘80; y aunque sabía que algo similar podía pasar en Cipolletti, porque había sido anunciado, nunca imaginó que iba a llover tanto. Con otros vecinos hicieron un desagüe de aproximadamente tres cuadras para aliviar el enorme caudal que corría por el canal paralelo a la calle Naciones Unidas.
Ni el canal alivió la situación
“Pensamos que el canal se la iba a bancar, pero no, se reventó y el agua empezó a subir y subir. Cerca de las tres de la mañana ya teníamos más de medio metro adentro de casa”, afirmó.
El hombre, que es viudo y tiene la guarda de un menor de 6 años, perdió colchones, frazadas y otras cosas que no alcanzó a levantar.
“El agua me reventó todos los pisos y lamentablemente todavía no los puedo arreglar”, añadió. Hoy está sin trabajo y todavía espera por un subsidio como muchos en el barrio, hace ya un año.
“A mí el gobierno no me dio nada, ni plata ni colchones. Promesas nada más”, dijo el hombre, de 58 años, quien comentó: “Me anotaron por todos lados, he reclamado varias veces, pero no te dan bola. Estamos todos en la misma”.
LMC